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Dicen que el 80% de nuestros recuerdos proceden del sentido del olfato. No que el olfato los genere, sino que la gran mayoría de los recuerdos que recordamos, valga la redundancia, son evocados al oler algo. Olemos, y luego, sentimos una emoción, y luego, un recuerdo. Es algo que nuestro cerebro hace instintivamente, aunque muchas veces nos demos cuenta, y digamos “Ay, este olor me trae recuerdos de la casa de mis tíos” o “Huele a verano”. La realidad es que hay muchas ocasiones más en las que no nos damos cuenta de que ese recuerdo nos ha llegado a través del sentido del olfato.

Recuerdo cuando leí la novela de Patrick Süskind cómo me fascinó el poder que tenía de evocar los olores. Lo estaba leyendo ¡y es que prácticamente lo estaba oliendo!

Reconozco que soy mucho de olerlo todo. Creo que mis sentidos no se distribuyeron bien el día del reparto de células, porque de vista y oído ando bastante corta, pero de olfato voy sobrada… Me gusta el olor de las estaciones, me encanta cuando se adelantan unas semanas y ya las podemos disfrutar. Me gusta que los objetos huelan, que las casas tengan su olor característico… Pero no me gustan (porque no soporto) los olores fuertes. Ventilo la casa constantemente, 5 minutitos…

Hace unos años descubrí los aromatizadores de aceites esenciales y me pregunto cómo no los descubrí antes, ¡me encantan! Tampoco abuso de ellos, de vez en cuando dejo una semana sin utilizarlos y procuro no repetir del mismo más de 1 mes. Pero los adoro.

¿Y tú, cómo lo llevas?

¿Eres de olerlo todo?

¿Qué haces con el olor de tu casa?

¿Los olores te inspiran?

Cuéntame qué importancia le das a los olores, sobre todo al olor de casa, a qué huele tu casa, cómo lo haces… ¡estoy deseando leerte!

Un abrazo,

Virginia